martes, 15 de noviembre de 2011

El perro viejo

El perro de una amiga se despide de mí para siempre. Es mayor, su vida está siendo más larga de lo que debería ser. Salgo de su casa y al final del pasillo me doy la vuelta; él está al fondo, mirándome de lejos. Me mira largamente sin apenas moverse. Sabe mejor que yo, que ante la muerte no hay vencedor. Me mira con los ojos de un perro viejo –me avisa de que ya no volveremos a vernos-. El perro pequeño y canoso mueve el hocico, se da media vuelta y camina cojeando hacia su casa. Le deseo buen viaje hacia lo desconocido y me voy a casa apenada -tendría que haber jugado más con él...-

(Pino Montalvo)