"Sofía desagradaba a Iván: huele a manzanas."
"En los hoteles rusos huelen mal los manteles limpios."
"Ivachín sabía filosofar muy bien sobre el amor; pero amar, no."
"No fui yo quien dañó por siempre aquella fuerza; fue ella quien me dejó dañado hasta el final de mis días."
"En su vida, sólo había dos fuentes de verdadera felicidad: los escritores y, a veces, la naturaleza."
"Para la música, él no tiene oído, y para la vida, tampoco. Y aquel que no tiene oído cree que los músicos desafinan y que él es el único en notarlo. Y la vida, créame, sigue su curso natural, nadie desafina, cada uno canta lo que canta y canta lo que debe cantar."
"Él no había sido feliz más que una sola vez en su vida: bajo un paraguas."
"Ella no tenía el hábito de llorar; pero, después de la partida de Fiodor, durante su crisis, cómo lloró."
"Por el honor de su madre, he jurado dar a los otros cuanto tenga. Mi ideal: morir sin un centavo."
"Un hombre honesto llega a sentir vergüenza, a veces, delante de un perro."
"Un hombre no puede vivir sin fe."
Cuaderno de notas (Anton Chéjov)
domingo, 24 de octubre de 2010
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