martes, 8 de diciembre de 2009

Fragmentos de una carta

... "Estás entrando en mí, nunca has dejado de hacerlo, lo seguirás haciendo toda mi vida. Sueño contigo, estos días sueño contigo porque estamos en diciembre. ¿Recuerdas diciembre del año pasado? El último día del año fuimos a tomar algo por la tarde a aquel hotel -ayer pasé por allí-. Lo intentamos en el Montpelli primero, pero los salones estaban cerrados, en plena preparación del cotillón. Después de despedirnos te volví a llamar -no nos habíamos despedido del año como se debe-. Quedamos en la antigua estación de tren. Era de noche. Estuvimos un buen rato entre las obras, apoyados en una pared, abrazados."

... "Ahora estoy sin ti. Hace ya casi un año. Llega la navidad y la ciudad sigue igual, pero estoy sin ti. Hay mañanas que al abrir los ojos no recuerdo nada de esto; después vuelve la desolación, constante sensación de que algo va mal. No es por ti, no. Siempre me ha pasado, pero tú me calmabas. Sensación de estar muriéndome. Desazón. Algo va mal. Llevo un tanque dentro. Recuerdo la primera noche que pasé contigo. Me desperté a media noche sin saber donde estaba -constante desazón- miré a mi lado y te vi, durmiendo como un príncipe, con tu carita tranquila, tus ojos cerrados, tu piel blanca, un brazo fuera y el pecho medio descubierto. “Todo está en su lugar… todo está donde debe estar…” ni siquiera fue un pensamiento. Fue como si por fin hubiese llegado a casa después de haber estado perdida muchos años. Y mi cuerpo entero se tranquilizó. Sonreí. Te miré durmiendo. El silencio de la habitación, tu silencio, mi silencio. Fue lo más cercano que he estado al cielo. Todos estos años, después de aquella noche, he buscado esa sensación (como un adicto con su primer viaje). Solo la encontré a tu lado -todo en mi se silenciaba-como una muerte dulce-"

... "Ahora estoy sin ti. Mi viejo amigo. Sin ti el dolor se me va metiendo dentro y no sirve de nada, me va mellando y envejeciendo. Es un dolor inútil, lejos de convertirse en amor. A veces me vuelvo cruel. Trato a los demás sin amor. No perdono. Es la amargura. Me estoy matando, lo se, me estoy matando."

... "Tu nombre será la última palabra que pronuncie. Aunque no volvamos a vernos."

(Pino Montalvo)

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