lunes, 23 de noviembre de 2009

El visitante

EL VISITANTE

Nada ha cambiado: a las ventanas llegan,
junto a la mesa, menudos copos de nieve.
Y también yo soy la misma.
Pero alguien ha venido a mí.

“¿Qué me pides?”, le pregunté.
Respondió:”Estar contigo en el infierno”.
Me reí: “Oh calla, no seas pájaro
de mal agüero para los dos”.

Alzó entonces su mano demacrada
y suave acarició las flores:
“Dime cómo te besan.
Dime como besas tú”.

Sus ojos aletargados
no perdían de vista mi anillo.
En su rostro sereno, maligno,
no se movía un músculo.

Oh, ya lo sé: él saboreaba-vivo
e intenso- el placer de presentir
que no había de oponer nada,
que nada le podía rehusar.

(Anna Ajmatova)

No hay comentarios:

Publicar un comentario