domingo, 22 de noviembre de 2009

Mi vida sin mi

Me despierto y te veo a mi lado
te miro -no hay ningún otro lugar que este
ningún otro lugar...-.
Te ríes cuando pido otro vino
pides otro para ti
sonríes
-no hay ningún otro lugar que este...-.
Te despierto con un beso en el hombro
me abrazas
me preguntas si quiero desayunar
te digo que si
-ningún otro lugar-
me abrazas. Coloco mi pierna
entre tus piernas, nos miramos,
me haces gemir cuando me atraes hacia ti
-no hay ningún otro lugar que este
ningún otro lugar...-.
Pones el disco que me gusta, te vas a la cocina
te oigo preparar la cena, me acuesto en el sillón
-ningún otro lugar... -.
Das un frenazo en el coche, pones tu mano
sobre mi pierna para que no me asuste
-No, no lo hay-.
Miras a la gente, escuchas a la gente, en los bares y en la calle,
te miro y sonrío.
Escribes algo en una servilleta
me lo enseñas.
-No hay ningún otro lugar que este, ningún otro lugar-.
Nos quedamos en silencio
no hay nada que decir, ya está casi todo dicho
el resto no lo sabemos.
-Ningún otro lugar... ningún otro lugar...-.

Nos despedimos.
Vuelves a tu casa sin mi, yo vuelvo a la mía.
Me saludas con la mano hasta que mi coche desaparece.
Nos despedimos sin saber cuándo volveremos a vernos.
Pasan los días y se me van las fuerzas.
No me recupero.
No me recupero de ti.
Me despierto y me duermo con tu olor
cada vez más triste.
Dibujo, limpio la casa, trabajo, intento leer, intento escribir,
no me salen las palabras.
Dibujo para centrarme en el lápiz, solo en el lápiz; así descanso.
No se lo que estás pensando.
No se si se te ha ido el hambre o si has vuelto a tu rutina
-como si nada-.

Continua mi vida,
ya no me reconozco.
Me siento en el salón
es como si me sentase en un lugar desconocido.
Mi cama ya no es mi cama.
No se donde estoy.
Sé que debo luchar por lo que he construido.
Por él.
Porque es mi hermano, mi hijo y mi padre.
Porque ha intentado darme todo y yo lo he cogido como si fuese mío.
Porque no puedo verle sufrir.
Porque siento pánico,
un terrible pánico a vivir sin él.
Porque no se merece esto
Porque yo no le merezco.

Y tu recuerdo se me va haciendo
más doloroso.
Temo que no me ames
temo que me ames
temo amarte demasiado y no poder luchar
temo no amarte.
No se donde estoy.
No se por qué lloro cada vez que estoy sola.
Por qué duele tanto.
Por qué los días se me hace tan largos.

Él me ve cada vez más lejos.
Él lo vive en silencio,
sin decirme nada siente cómo me alejo.
Sabe que no puede ayudarme. Sabe, como yo,
que tal vez no haya retorno.
Me coge la mano, quiero quitarla pero no lo hago.
Le abrazo y le miro pidiéndole perdón;
pidiéndole perdón por haberle abandonado
y no dejarle ir.

(Pino Montalvo)

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